Banca abierta es, quizás, el cambio regulatorio con más impacto en la historia de la banca latinoamericana, prometiendo dinamizar la competencia y abrir la puerta para nuevos actores tecnológicos. Si bien la tendencia es clara, cada país se encuentra en una posición única.
La tendencia hacia la banca abierta está tomando fuerza en América Latina. Si bien la región comparte objetivos, cada país va a su propio ritmo cuando se trata de implementación: registrando las experiencias vecinas y adaptando las reglas más convenientes para cada mercado.
La búsqueda por una fuente compartida de datos toma cada vez más relevancia, empujada principalmente por la complejidad del acceso a los servicios financieros, en una región donde se calcula que la mitad de las personas no cuentan con participación en el sistema.
El objetivo de una regulación de open banking es permitir más competencia entre los actores del ecosistema financiero, así como permitir una elección por parte de las personas en cuanto a sus servicios financieros.
Los reguladores de México, Brasil, Chile y Colombia vienen priorizando la regulación a fin de disponer de la data los usuarios (siempre previa autorización) y permitir que nuevos participantes se sumen al mercado, ofreciendo productos y servicios financieros innovadores.
El siguiente diagnóstico de la escena regulatoria de open banking en Latinoamérica, ofrece una instantánea de la cronología de los avances y las tareas pendientes para el mediano y largo plazo.
Para leer más sobre los avances en los respectivos países de América Latina, pueden leer la noticia completa en https://iupana.com/2021/02/22/open-banking-en-latam-estatus/