De la mano de la tecnología, Coink busca promover el ahorro en personas de 12 años en adelante. Se pueden guardar monedas en metálico y también hacer depósitos digitales, cuentan incluso con su propia tarjeta débito.
En medio del auge de las criptomonedas y de transacciones financieras cada vez más digitales, llama la atención que un grupo de cuatro emprendedores decidiera crear una empresa de base tecnológica para que la gente pueda ahorrar sus monedas contantes y sonantes y que lo puedan hacer desde 50 pesos en adelante.
Se trata de Coink, una fintech, que nació hace seis años de la mano de los ingenieros industriales Mario Castro y Juliana Castro, el abogado Luis Andrés Iregui y la financiera Andrea Mora. Algunos de ellos habían trabajado con el sector financiero y por eso tenían la inquietud de poder ofrecer algún servicio que amplié el acceso de los colombianos al crédito y al ahorro, algo que técnicamente se conoce como inclusión financiera.
“Queríamos ofrecer una entrada sencilla al sistema financiero por eso nos interesó la idea de la alcancía, pasándola de lo físico a lo digital. La gente tiene claro cómo funciona, pero la ventaja era poder agregarle las herramientas digitales”, explica Mario Castro, gerente de Coink. Para esto construyeron unas alcancías gigantes en forma de marranos, que llamaron Oinks, en las cuales los usuarios pueden depositar sus monedas y sincronizarlas con su aplicación, para saber cuánto llevan ahorrado, establecer metas y controlar sus saldos.
Los Oinks están en Bogotá, Medellín y Cali y lo que deben hacer los usuarios es descargar la aplicación y empezar a depositar dinero tanto por vía electrónica, como físicamente con las monedas en las alcancías.
La meta de Coink es que sus usuarios ahorren para un propósito (como pagar matrícula, pues unos de sus primeros clientes son los estudiantes), además, le metieron teoría de juegos para que ahorrar sea más divertido y las metas se vuelvan alcanzables.
El dinero se puede retirar en corresponsales no bancarios y al ser depósitos electrónicos están exentos del cuatro por mil en transacciones de hasta 2 millones de pesos, tampoco hay cuota de manejo, aunque si el retiro se hace por transferencia a otro banco sí puede tener costo.
Otra forma para hacer uso del ahorro es mediante una tarjeta débito que ofrece Coink en alianza con Visa, puede ser física o digital y tampoco tiene costo.
Sus operaciones arrancaron en firme en el primer trimestre de 2020 y hoy ya alcanzan 40.000 usuarios. Al mes están afiliando a 5.000 personas y la meta es llegar a 150.000 a mitad de 2022. En conjunto, quienes ya usan la aplicación de Coink han depositado 3.000 millones de pesos.
Las primeras alcancías gigantes las pusieron en universidades, pero luego se fueron ampliando a empresas como una maquiladora de jeans en Medellín e hicieron una alianza con Comfama en esa ciudad. Actualmente tienen 50 ubicadas en universidades, centros comerciales, centros de negocios y empresas.
Los fundadores de Coink iniciaron la fintech con sus ahorros, pero luego recibieron apoyo de inversionistas. Ya llevan dos rondas de capitalización y en 2022 esperan tener una más grande. Su apuesta no es solo crecer en Colombia, sino en América Latina, en donde los hábitos de ahorro son similares. Como tienen claro que es difícil conseguir las licencias financieras planean expandirse de la mano de socios locales.
Actualmente Coink emplea a 50 personas y más que una competencia del sistema financiero tradicional se ven como un complemento. A futuro, además de incentivar el ahorro, les gustaría incursionar en envío de dinero y pagos.
Igualmente, su plataforma permite abrir cuentas desde los 12 años, así que para el año entrante también tienen planeado instalar alcancías en colegios.
“Hoy en Colombia más del 80% de los mayores de edad tienen cuenta de ahorros, pero una cosa es bancarización y otra inclusión financiera, que realmente puedan hacer uso de los servicios financieros y esa es nuestra meta”, subraya Castro.