El ingreso de jugadores regionales, la reacción de los bancos tradicionales para incursionar en la banca digital y una regulación flexible son solo algunos de los factores que han convertido a este país sudamericano en uno de los más atractivos para la inversión fintech y la creación de una banca 100% digital.
Nacido en 2016, este neobanco surgió como una iniciativa del Grupo Bancolombia y se ha consolidado como un actor relevante en la industria financiera digital colombiana. Actualmente, cuenta con más de 11 millones de usuarios. Este año planea cerrar con 15 millones y está poniendo especial foco en el servicio de préstamos.
Pero Nequi no está solo en el cada vez más competido mercado de neobancos en Colombia. Jugadores regionales de la talla de Nubank y Ualá y otros neobancos como Daviplata (del Grupo Davivienda) y Lulo Bank, propiedad de Gilex Holdings, de la familia Galinski, se han sumado al mundo de servicios tecnológicos financieros en la tierra del café.
Y es que si bien Brasil es el mercado por excelencia de la industria fintech y la banca digital en la región, Colombia hoy se está ganando un destacado lugar. “[En] América Latina empezamos a ver tres países que muestran un comportamiento diferente: Brasil, Colombia y República Dominicana. Los dos primeros con una irrupción bastante importante de neobancos. Un 25% de los clientes financieros [en los países antes mencionados] los considera su entidad principal”, dijo Alberto Alves, responsable de nuevos negocios en Minsait Payments, tras la presentación del XI Informe de Tendencias de Medios de Pago a inicios de esta semana en Madrid.
De hecho, del top 10 de neobancos de América Latina, ocho empresas son brasileñas y dos colombianas: Daviplata -que según su CEO, Margarita Henao es el segundo neobanco más grande de la región con más de 14 millones de usuarios, después de Nubank- y Nequi.
¿Pero qué es lo que ha encaminado a Colombia a seguir de cerca los pasos del gigante brasileño? Según los expertos consultados para este informe, ya desde antes de la pandemia la industria fintech a nivel global venía creciendo a pasos acelerados, siendo el COVID-19 un boost inesperado que cambió la forma de hacer banca.
“La competencia y la innovación hicieron que un sector que tradicionalmente es conservador apostara por una dinámica de creación y despliegue de productos orientados a los clientes. Tanto los bancos tradicionales como las fintechs aceleraron su desarrollo con el único fin de ofrecer mejores productos y servicios. Esto ha generado una dinámica realmente significativa. El crecimiento de la industria fintech en el último año fue de un 36% comparado con 2020 (por creación de empresas). Lejos de cualquier sector económico tradicional”, dice Erick Rincón, presidente de la asociación Colombia Fintech.
Ante ello, los bancos tradicionales se han dado cuenta de que deben tener propuestas de valor específicas 100% digitales para satisfacer estos cambios de consumo. El caso de Colombia, donde los grandes bancos y grupos financieros han creado sus propios bancos digitales es una clara muestra de ello.
“La expectativa para personas jóvenes es que su día a día bancario se parezca más a una app tipo TikTok o Facebook. Conforme este segmento de población joven es más relevante, sus hábitos de consumo son distintos, sus expectativas y lo que van a exigir a su proveedor de servicios financieros es muy diferente a lo que ellos vienen haciendo durante los últimos 100 años”, dice Andrés spanao, co founder y managing partner de Finnovista, organización de impacto que potencia los ecosistemas fintech en América Latina y España.
spanao agrega: “Los incumbentes se han dado cuenta de esto y los veo capacitados para competir. Tienen el capital para hacerlo y este es un negocio que requiere mucho de ello. No tienen las capacidades, pero las están adquiriendo invirtiendo en las propias fintechs, en startups, comprándolas o atrayendo talento de Google, Facebook o Mercado Libre”.
Otro punto en el que coinciden los entrevistados ha sido el manejo regulatorio local para el despegue de la banca digital. Así, tras la aprobación de la Ley de Emprendimiento a finales de 2020 y la reglamentación de la adopción de mecanismos sandbox (espacios de flexibilización de la normativa existente para crear ambientes experimentales para el desarrollo de modelos de negocios innovadores, sin incurrir inmediatamente en consecuencias regulatorias normales), se abrieron las puertas para la exploración de modelos de negocio en industrias altamente reguladas, como la financiera.
“Colombia actualmente cuenta con un sandbox destinado al sector financiero, liderado por la Superintendencia Financiera y enfocado en el desarrollo tecnológico de las fintechs. El objetivo es que las entidades vigiladas y otras empresas que cuenten con desarrollos tecnológicos innovadores con finalidades relacionadas a aquellas regulaciones financieras, podrán poner a prueba por un plazo de dos años, productos, servicios, procesos o modelos innovadores de negocio de manera temporal y bajo la supervisión del ente regulador”, dice iNNpulsa Colombia, agencia gubernamental de innovación y emprendimiento. “Este tipo de ejercicios de flexibilización envían una señal muy importante al ecosistema y fortalece aún más la posición de Colombia como un país receptivo del desarrollo de este sector”.
Andrés spanao explica que en 2013 no había ninguna regulación fintech en Colombia ni en ningún otro país de América Latina y los reguladores no querían oír hablar de este tema. Cuando Finnovista organizó la mayor conferencia fintech en la región ese año, incluso invitaron al supervisor colombiano y al regulador mexicano para que compartieran su visión, pero aseguraron que no tenían ninguna posición o que no querían meterse en líos. “Nueve años después, México fue pionero en esto, pero Colombia lo está siendo también con la introducción de sus sandbox regulatorios”, dice el ejecutivo.
Para spanao, la regulación también trae confianza para el consumidor al ver que un fintech o neobanco está supervisado y se siente más cómodo para transaccionar. “También trae más confianza y certeza al inversor, a los fondos de venture capital de Silicon Valley, Europa, Asia, México o Colombia”, dice.
Por lo pronto, las empresas asociadas a Fintech Colombia vienen trabajando en una Política Nacional de Fintech que, según la entidad, va más allá de la Ley Fintech aprobada en México y que permitiría al país andino ser el tercer hub de empresas fintech más importante de América Latina.
“No es una Ley Fintech. Vamos más allá. Es una coordinación interinstitucional para que el gobierno, el sistema financiero y el ecosistema puedan alinearse en torno a cuatro objetivos: cómo desarrollar nuevos mecanismos de financiamiento alternativo cómo digitalizar 100% el sistema de pagos en gobierno, comercio y personas; cómo modernizar la infraestructura y la conectividad de las entidades financieras; y la creación de un marco de flexibilidad jurídica y experimentación en el sistema financiero”, dice Colombia Fintech en su página web.
Hoy, gran parte de la oferta de neobancos o fintechs en general se centra en gran parte en las billeteras móviles para hacer transferencias y transaccionar. El boom de estas plataformas ha hecho que, según un informe de Colombia Fintech, durante la pandemia su uso se triplicara debido a la facilidad que ofrecen para realizar distintas operaciones financieras desde la virtualidad.
“[Las billeteras digitales] han tenido una gran adopción y uso en los dos últimos años, pasando de cerca de 11 millones de billeteras digitales activas a casi 27 millones gracias a la emergencia sanitaria, que escaló su usabilidad por la facilidad en su manejo”, dice Erick Rincón.
No obstante, las empresas de banca digital ya exploran otras alternativas y manejan planes concretos para ejecutarlos.
“Para 2022, el servicio foco de Nequi serán los préstamos. En 2022 esperamos prestar a más de 400.000 usuarios al año: 246.000 con el préstamo Salvavidas (de desembolso inmediato y por un máximo de US$ 130, aproximadamente) y 170.000 con el préstamo Propulsor (de hasta US$ 1.320). Así, las personas podrán obtener un crédito más seguro, confiable y sin letra menuda, dejando a un lado los créditos informales y los riesgos que estos pueden traer. Estamos dando una solución segura, y a pesar de que muchos no tienen experiencia crediticia, estamos teniendo en cuenta otros factores e información para poder prestarles, y así abrir el espectro de las personas a las que podemos llegar”, dice Cipriano López.
Asimismo, a inicios de marzo en un webinar de Credicorp Capital, Cipriano López indicó que Nequi está buscando entrar más directamente en el negocio de los criptoactivos y que quiere explorar este mundo, hasta donde la regulación lo permita.
Por su lado, Lulo Bank, que recibió la autorización para operar en julio de 2021, desde febrero de este año inició el proceso de activación de los más de 220.000 registros que tuvo en su lista de espera durante los últimos meses.
“Tenemos grandes metas de crecimiento este año. Lanzamos la ‘Lulo cuenta’ y el ‘Lulo crédito’ (libre inversión), enfocados en cambiar la experiencia actual de los usuarios. La estrategia se basa en tener productos dinámicos que evolucionen y respondan a las necesidades de quienes nos usan”, dijo Santiago Covelli, CEO de Lulo Bank al medio colombiano La República.
Andrés spanao augura buenos resultados para esta nueva oferta de servicios financieros 100% digitales. “Los emprendedores son muy buenos identificando y resolviendo problemas específicos, por eso lanzan mono productos: una billetera móvil, un medio de pago, un crédito y conforme más específico sea, mejor: para pymes, millennials, mujeres o estudiantes. A partir de ahí van escalando y se dan los casos de Nubank y Ualá, que han encontrado una masa crítica de clientes y un problema por resolver”, dice.
Para Erick Rincón, a pesar de una mayor sofisticación de productos de los neobancos, aún existe una gran brecha en la adopción de los productos y servicios fintech. “La inclusión financiera debe darse en la base de la pirámide con productos y servicios accesibles, masificados y de bajo costo que permita reducir esa brecha económica y aumentar el uso de medios digitales. A nivel internacional hay una gran cantidad de tecnologías que pueden ser desplegadas, de hecho, está ocurriendo en varias de nuestras verticales. Esto fortalece la economía, la tracción del consumo y amplía la inversión”, dice.
El éxito que van teniendo algunos bancos, y que apuntan a generar rentabilidad en el corto plazo plantea la idea de independizarse de sus casas matrices. Es el caso de Nequi, que actualmente se encuentra en conversaciones con la Superintendencia Financiera local para recibir la autorización para convertirse en una empresa financiera independiente y comercial, algo que espera lograr en el tercer trimestre de 2022.
“Después de años de crecer a su lado [de Bancolombia], estamos buscando una independencia, ‘mudarnos de la casa’, pero no dejaremos de ser parte de la familia. Nequi continúa formando parte del Grupo Bancolombia, pero se constituirá como nueva empresa independiente, que operará como establecimiento de crédito 100% digital para beneficiar a sus 11 millones de usuarios”, dice.
Por su lado, Davivienda, que maneja Daviplata como su vertical de banca digital, evalúa que esta cambie de figura y se convierta en una filial, según informó Javier Suarez, presidente del banco. De esta forma, la compañía daría mayor robustez a su neobanco.
“Es posible que Daviplata sea filial. Eso está en estudio. Nuestro foco es que sea la banca fácil de los colombianos. Ya tenemos 14 millones de clientes. Eso que buscamos, la ubicuidad en toda Colombia pues en el 98% ya tenemos presencia. Tomaremos esa decisión luego. Llevamos 500.000 comercios vinculados que reciben pagos, desde los más formales hasta los más pequeños y emprendimientos personales”, dijo Javier Suarez al medio colombiano Portafolio.
Y es que el boom de fintechs y neobancos los ha convertido en objetos de inversión bastante atractivos. La salida a la Bolsa de Nueva York de Nubank, justamente, lo convirtió en el banco cotizado más valioso de América Latina,sentando un excelente precedente en los actores de la industria y eventualmente la idea sería replicar esta movida en el mundo bursátil.
Además de estas movidas corporativas, otra novedad que se espera con ansias en el mercado colombiano es la incursión del neobanco digital de Rappi en alianza con Davivienda. La expectativa es grande, teniendo en cuenta de que se trata del primer unicornio de Colombia y la gran masa crítica de clientes (60 millones en nueve países) y datos que posee esta super app.
“Es natural que dentro de ese éxito, con tanto volumen transaccional, nazca una oferta de servicios financieros”, dijo Gabriel Migowski, consejero delegado de Rappi Colombia, durante el evento de Minsait Payments a inicios de esta semana.
Rappi cuenta con amplia experiencia en el mundo fintech. Ha desarrollado en alianza con bancos locales verticales de billeteras móviles (RappiPay) y de tarjetas de crédito (RapiBank). A la fecha, Rappi ya ha colocado un millón de RappiCards.
Alianzas de este tipo serán la tendencia en los próximos meses. “Vemos con muy buenos ojos que exista este trabajo articulado entre los bancos tradicionales y el ecosistema emprendedor que se enfoca en soluciones financieras. Es un ejercicio sano que al final de cuentas, trae consigo beneficios para los usuarios finales”, dicen desde iNNpulsa.
Según Andrés spanao, otro factor del despegue de neobancos tiene que ver con un tema de competencias blandas y que no se debe infravalorar. “Por un lado, está David Vélez, fundador del mayor neobanco a nivel global (Nubank), que es colombiano y eso también inspira a otros a conseguir lo mismo. A eso tenemos que sumar a Rappi, que si bien no es una fintech, inspira a más innovación, emprendimiento y el hecho de que ahora esté persiguiendo oportunidades dentro del mundo fintech también ha ayudado a generar todo esto”, dice.