El acceso al crédito en Colombia y Latinoamérica sigue siendo un desafío para millones de personas y para las empresas que se crean diariamente. En un contexto donde 23 millones de colombianos no tienen acceso a la banca tradicional, según la Superintendencia Financiera, muchos recurren a préstamos informales conocidos como 'gota a gota'. Estas prácticas de financiamiento ilegal se han expandido en toda la región, atrayendo a personas con pocos o ningún requisito, pero imponiendo tasas de interés exorbitantes que pueden alcanzar el 300 % anual, según datos del Banco de la República.
Actualmente, este fenómeno que es una de las principales barreras para la estabilidad económica de las microempresas y familias de bajos recursos, es definido como una modalidad de crédito informal que simula ser una opción fácil y rápida, pero que expone a los solicitantes a estafas y extorsiones.
En este contexto vienen surgiendo desde hace algún tiempo campañas y estrategias para frenar su expansión, además del desarrollo de nuevos productos crediticios adaptados a estos sectores de la población. Si bien las fintech son un jugador clave para abarcar este segmento históricamente no bancarizado, se enfrentan a diversos desafíos tecnológicos como el de migrar sus sistemas legacy, adaptar sus políticas crediticias, incluir nuevas fuentes de datos de manera rápida, y agilizar los procesos de evaluación crediticia. Factores, que si se optimizaran, permitirían facilitar el acceso al crédito de una forma más efectiva, con mejores tasas de interés, incluso para personas sin historial financiero.
Mariano Sokal, cofounder & director de uFlow, compañía de tecnología aplicada a la automatización del crédito y que forma parte del comité de crédito de Colombia Fintech, donde se ha tratado esta temática con gran preocupación, explica que los motores de decisiones analizan grandes volúmenes de datos en segundos y permiten integrar información de múltiples fuentes de datos, tanto internas como externas, “tales como data de compras en tiendas con financiación propia, facturas electrónicas, historial de pagos de servicios públicos y transacciones digitales, entre otras. Esto facilita que las entidades financieras ofrezcan créditos de bajo monto con menor riesgo y mayor agilidad, eliminando la necesidad de garantías o documentación compleja”.
Si bien el Gobierno colombiano ha tomado medidas para combatir el 'gota a gota', la Fiscalía General de la Nación estima que más de 8.000 personas han sido víctimas de estos préstamos a través de redes sociales, y que 1 de cada 5 personas acceden a crédito lo hace mediante vías no reguladas.
Por esta razón, recientemente el Senado aprobó un proyecto de ley para fortalecer las cooperativas financieras, permitiendo que las entidades territoriales inviertan recursos en estas instituciones en lugar de depender exclusivamente de la banca tradicional. Esta medida busca expandir la oferta crediticia para poblaciones desatendidas.
Asimismo, en la capital se decidió implementar la estrategia "Ciérrale la llave al 'gota a gota'", lanzada el 23 de agosto del año pasado. Esta iniciativa, liderada por la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, busca otorgar créditos rápidos y seguros a emprendedores y microempresarios del sector formal e informal.
“El avance de diversas estrategias contra el 'gota a gota' es cada vez más rápido, el gran reto es que entidades de lending como las cooperativas y las fintechs, puedan implementar tecnología de automatización de forma sencilla, efectiva y ágil”, señala Mariano Sokal.
El mercado del crédito en la región está en plena transformación. Bancos y fintechs han demostrado que es posible otorgar créditos rápidos, accesibles y seguros sin recurrir a prácticas abusivas. Sin embargo, para que estos avances tengan un impacto masivo, es necesario fortalecer la regulación, incentivar la inversión en tecnología y fomentar la colaboración entre el sector público y privado.
La evolución del sector crediticio en Latinoamérica dependerá de la rapidez con la que los lenders adopten soluciones tecnológicas y se comprometan con la inclusión financiera. En este contexto, la automatización se perfila como la clave para achicar la brecha crediticia y brindar oportunidades a millones de personas históricamente no bancarizadas.