Elegir una carrera profesional nunca ha sido una decisión sencilla. Durante años, estuvo determinada por criterios tradicionales como la estabilidad, el reconocimiento social o la presión familiar. Sin embargo, hoy la dinámica ha cambiado: las nuevas generaciones no ven esta elección como un destino fijo, sino como el primer paso en una trayectoria flexible y en constante transformación.
Del qué estudiar al cómo y para qué
En este nuevo contexto, la educación ya no se valora únicamente por los títulos que entrega, sino por su capacidad de ofrecer herramientas adaptativas, digitales y transferibles. Lo que importa ahora es la posibilidad de evolucionar dentro de un entorno laboral cambiante y exigente.
Así, los modelos educativos ganan relevancia en la medida en que logran ser viables financieramente, ágiles en su gestión y alineados con los avances tecnológicos.
Estudiar ya no es solo una aspiración personal: es una decisión económica. Por eso, hablar de acceso a la educación sin garantizar permanencia es quedarse a mitad de camino.
El rol del sector financiero en la permanencia educativa
En esta realidad, las entidades financieras están llamadas a ser aliadas estratégicas en la construcción de trayectorias académicas. No se trata solo de facilitar el ingreso: lo fundamental es asegurar la permanencia. Esto requiere soluciones eficaces, flexibles y adaptadas a los desafíos reales de los estudiantes.
La sostenibilidad de la educación depende tanto de la calidad académica como de los mecanismos que aseguren la continuidad. En One2credit, no solo facilitamos el acceso al crédito: acompañamos de forma integral a cada estudiante y su familia con orientación financiera, herramientas educativas y una plataforma especializada en educación financiera que fortalece la toma de decisiones.
Con más de 5.000 solicitudes tramitadas y un 98% de clientes satisfechos, demostramos que el respaldo financiero con propósito sí marca la diferencia. Porque entender cómo financiar una carrera es tan importante como decidir qué estudiar.
Conexión temprana con el mundo laboral
Una de las principales debilidades del sistema escolar ha sido su dificultad para conectar a los estudiantes con sus vocaciones reales. A menudo se les presenta un listado de carreras sin espacios genuinos para explorar intereses o talentos.
Esta necesidad de conexión se materializa en iniciativas de inmersión laboral temprana. Un ejemplo es el caso de Amalia Bolle, una estudiante de bachillerato del Colegio Alemán de Barranquilla, que participó en una semana de inmersión en One2credit. Su experiencia le permitió descubrir afinidad por áreas relacionadas con el marketing, visualizando cómo podía aplicar sus intereses en sectores como el gastronómico o el inmobiliario. Esta vivencia no solo le dio mayor claridad sobre su futuro, sino que evidenció cómo sus hobbies pueden convertirse en herramientas profesionales.
Programas como este permiten tender puentes entre los intereses personales y las oportunidades del mercado.
¿Qué buscan hoy las empresas?
Según la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), existe una desconexión entre lo que estudian los jóvenes y lo que realmente demanda el mercado. Mientras el 78% de los estudiantes se gradúan en áreas como economía, ingeniería, arquitectura o ciencias sociales, solo el 35% de las vacantes actuales están en esos campos.
Hoy, las compañías no priorizan únicamente los títulos, sino habilidades como la resolución de problemas, la capacidad de adaptación y el pensamiento estratégico. Formar talento implica más que una buena oferta académica: requiere un modelo educativo-financiero sostenible, escalable y conectado con las necesidades del mundo laboral.
El capital humano como motor del desarrollo
Las empresas necesitan personas que aprendan rápido, se adapten al cambio y aporten soluciones reales. Pero para que ese talento emerja, necesita estructuras que lo sostengan. Si el sistema no garantiza continuidad, el potencial corre el riesgo de perderse, no por falta de capacidades, sino por barreras económicas o falta de sentido de propósito.
En definitiva, los jóvenes no están rechazando la educación: están buscando una forma más inteligente de vivirla. Y quienes operamos en el ecosistema educativo y financiero debemos responder a esa búsqueda con soluciones tangibles.
Acompañamos decisiones, no solo matrículas
En One2credit creemos que cada elección académica es también una decisión financiera. Por eso, acompañamos a nuestros usuarios con respaldo, orientación y propósito, desde el inicio de su carrera hasta alcanzar sus metas.
Más que otorgar créditos, nos comprometemos con proyectos de vida. Porque detrás de cada elección académica, hay también una decisión financiera que merece confianza, respaldo y visión de futuro.