El CEO de la fintech colombiana Movii, Hernando Rubio, habla con Yahoo Finanzas
"Los servicios financieros son la base para el desarrollo de cualquier sociedad", asegura
Defiende que las fintech tratan de "democratizar los servicios financieros"
De cara al futuro habla de dos megatendencias: el open banking y las criptomonedas
El ecosistema fintech no solo sigue creciendo en número sino que cada vez es más atractivo para los inversionistas. Finnovista calcula que son más de 2.347 empresas de este tipo las que existen en Latinoamérica –hasta antes de la pandemia rozaban las 1.500–, de estas, el 47 % se encuentran en la llamada Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile), que superan en conjunto a las de Brasil, que en años recientes ha agrupado a cerca de la tercera parte de este grupo.
Además, entre 2019 y 2021 la inversión en empresas de tecnología, con las fintech a la cabeza, creció de USD$4.900 millones a USD$15.000 millones.
Este crecimiento parece imparable. Una de las fintech latinas que recientemente se sumó a la lista de empresas con grandes inversiones fue la colombiana Movii, que recaudó USD$15 millones en una ronda en la que participaron Block y Hard Yaka de la oficina de Greg Kidd. Con dos millones de usuarios en su billetera móvil, esta empresa es la Sociedad Especializada en Depósitos y Pagos Electrónicos (SEDPE) más grande de su país y permite enviar y recibir pagos de cuentas bancarias en Venezuela, Brasil, Uruguay, México, Bolivia, Argentina, Ecuador, Perú y Chile.
Su CEO, Hernando Rubio, conversó con Yahoo Finanzas acerca del panorama de las fintech en la región, de su crecimiento y cómo este está saciando el apetito de inversionistas provenientes de otras latitudes.
Las fintech casi se han duplicado en poco menos de cinco años. ¿A qué se debe este auge? ¿Tendrá techo en un corto plazo?
"Los servicios financieros son la base para el desarrollo de cualquier sociedad. Hoy, cuando estamos entrando en la web 3.0, en el que vamos a vivir en Internet, luego de que en la web 1.0 interactuamos por correo electrónico y en la 2.0 por redes sociales, necesitamos tener la capacidad de realizar los pagos digitales.
Esto es relevante porque antes quien ha autorizado mover nuestro dinero en entornos digitales es la banca, pero en los mercados emergentes, a diferencia de los países más ricos, llevamos más de un siglo y medio intentando con los mismos servicios bancarios y sin embargo seguimos con una gran cantidad de la población sin acceso a sistemas de pago porque los bancos utilizaron todo este tiempo un modelo basado en tecnología muy vieja y en una estructura de costos muy altos.
Las fintech estamos aprovechando la oportunidad que nos da la alta penetración de Internet en Latinoamérica, donde el 75 % de las personas ya tienen acceso a la red, pero también tratando de democratizar los servicios financieros, pues hoy solo el 15% posee una tarjeta de crédito para pagar por Internet".
Las fintech han adquirido un rol protagónico impulsadas por el auge de productos como las criptomonedas o las divisas digitales, ofreciendo servicios que permiten su intercambio o como la posibilidad de que particulares en diferentes países se transfieran sin intermediación bancaria. ¿Cómo ven ustedes en la industria lo que está pasando en esos mercados?
"Lo vemos como niños chiquitos, con emoción, viendo que por el fin el mundo va a ser más justo. Porque lo que estaba pasando era ridículo, en plena era de la digitalización y hay quienes siguen pagando con tecnologías creadas hace cincuenta años.
Pagamos con el ACH, de cuentas débito a débito o con las tarjetas, que funcionan pero son ineficientes e inseguras. Se la entregas al mesero o el cajero y este puede anotar el número y el código de seguridad y al siguiente minuto hacer una transacción.
La tecnología más cercana para reemplazar ese sistema son las criptomonedas, que nacen del desespero de la humanidad por no poder realizar transacciones monetarias entre países debido a las barreras que existen y los costos de envío.
Estas serán las monedas nativas digitales de las transacciones en Internet en la Web 3.0, y teniendo en cuenta que cada vez nos meteremos más en Internet con el metaverso, si vamos a pagar en ese entorno no podremos sacar una tarjeta de crédito o hacer una transferencia por cuenta débito, menos usar efectivo. De este modo daremos el salto para que no haya la brecha de desigualdad que existe entre unos pocos que pueden pagar digitalmente y la gran mayoría no tiene esa posibilidad".
¿Cómo analiza el entorno regulatorio para las fintech en Latinoamérica?
"Los reguladores y los gobiernos entienden perfectamente lo que significa la oportunidad que brinda la tecnología para democratizar los ejercicios financieros. Los bancos llevan muchos años intentándolo pero necesitan más competencia para incrementar esa penetración.
Cada país ha ido haciéndolo, intentando cuidar a los usuarios pero promoviendo esa competencia. México, por ejemplo, publicó hace un par de años la Ley Fintech que parecía interesante pero en la implementación se ha quedado muy corto y generó desilusión. Sin embargo, pese a esos problemas el ecosistema sigue creciendo mucho.
Brasil es el mejor ejemplo de cómo hacerlo bien, el Banco Central y el Ministerio de Hacienda han promovido mucho la competencia. De hecho, allí van cinco o seis años adelante del resto de países de la región.
En Colombia hay un ente regulador y un Gobierno que tienen buenas intenciones con ganas de promover la competencia, pero no han sacado aún una gran ley sino que han sacado varias normas de forma fragmentada, lo han ejecutado bien pero falta mayor contundencia para que haya un cambio real".
Ustedes recientemente recaudaron USD$15 millones por parte de las firmas inversoras Block y Hard Yaka de la oficina de Greg Kidd, que se suman a muchas otras de fintech latinoamericanas. ¿Cuál es el atractivo que están encontrando estos inversionistas en la región?
"Tenemos muchos emprendedores digitales que han encontrado un dolor muy grande, con una penetración de servicios financieros muy baja que se convierte en una oportunidad interesante usando la tecnología para democratizarlos. Quien lo haga va a tener una valorización muy alta y aprovechará que en la región hay mucho dinero disponible en los fondos de inversión.
En Latinoamérica hay una tormenta perfecta, una población de 650 millones de personas, una penetración muy alta de Internet pero muy baja de los servicios financieros. El resultado de eso es un crecimiento exponencial de las fintech y la consecuencia de ese crecimiento, sumado a una buena usabilidad para los usuarios, es que las compañías van a valer mucho más".
¿Qué tendencias cree que se vienen en este ecosistema en próximos años?
"Vienen dos megatendencias que harán que este se acelere mucho más. Una es el open banking y open data, en la que la regulación forzará a los bancos a que los usuarios sean los dueños de la información que estos poseen respecto a sus servicios financieros y no al revés, como ocurre en la actualidad. Esto facilitará la innovación y servirá para créditos, pagos, seguros, para todo.
La otra tendencia grandes es lo cripto, que es la tecnología que cambiará la forma en que se paga en el mundo, sin barreras, idiomas ni intermediarios".