Por: Erick Rincón Cárdenas, Presidente Colombia Fintech
La tecnología ha permeado prácticamente todos los sectores de la sociedad, por ende, han surgido nuevas necesidades en todo ámbito. De acuerdo con lo anterior, el sector financiero no ha sido la excepción; así, los consumidores de esta área pretenden obtener productos y servicios de forma rápida, eficiente, personalizada y de bajo costo. Como respuesta a esto, un nuevo modelo de negocio ha transformado la forma en que se prestan los servicios financieros tradicionales, se llama Fintech.
Fintech une dos conceptos a saber “Finance” y “Technology”, y da como resultado la prestación de un servicio que a grandes rasgos se caracteriza por centrarse en el consumidor, ser simple, escalable e innovador. Esto quiere decir, que pretende ofrecer productos y servicios de carácter personalizado, que sean de fácil acceso -por ende- democratizar el sector, que tengan la capacidad de crecer y que den opciones disruptivas en el mercado financiero.
De acuerdo con lo anterior, Fintech pretende llegar a más usuarios y esto lo hace ofreciendo bajos costos, flexibilizando requisitos y servicios digitales, modificando esquemas e integrando a los diferentes actores. Así, grupos no bancarizados o sub-bancarizados, también, tienen la posibilidad de acceder a todo este ecosistema, que abarca pagos digitales, crowdfunding, insurtech, entre otros.
Ejemplo de esto, encontramos a los créditos digitales que permiten, por un lado, ayudar en la satisfacción de las necesidades de las personas; y por otro, apostarle al modelo de negocio de las empresas, aunque aún no cuenten con ingresos operativos. Es importante mencionar que en los últimos dos años se han entregado 4.5 millones de créditos digitales con un promedio de colocación de $400.000 COP lo que refleja de forma clara, un fenómeno de inclusión financiera.
Sumado a esto, se puede deducir que la democratización de esta clase de servicios, genera, además, que la banca tradicional opte por ser más competitiva, por ende, más atractiva, no solo para los actores fuertes del sector, sino que también para esos grupos olvidados. O, por otro lado, que la mencionada banca tradicional se esfuerce por generar alianzas con Fintech, que fusionen el conocimiento de los clientes y el aprovechamiento de la tecnología.
En conclusión, Fintech se puede considerar como un sinónimo de inclusión financiera, en la medida de que rompe la brecha entre los usuarios, pues, brinda una mayor gama de productos y servicios. Además, los hace más asequibles para los diferentes usuarios que podrían considerarse como usuarios no fuertes. Por otro lado, propende por la prestación de productos y servicios efectiva, incluso, en la banca tradicional.