Forbes habló con Ángela Hurtado, presidenta de JP Morgan en el país, quien explica, por primera vez, los planes de la compañía tras recibir el aval de la Superfinanciera para operar como banco. Con una inversión de US$6 millones para su nuevo proyecto, la compañía ratifica su interés en Colombia.
En medio de una de las peores crisis que ha atravesado Colombia y el mundo por el coronavirus, JP Morgan cerró su año con broche de oro. El 23 de diciembre de 2020 se conoció que obtuvo el aval para cambiar su licencia de corporación financiera a banco en el país, un proyecto en el que inyectará US$6 millones en aproximadamente cuatro años para desarrollar nuevas capacidades. Con esto, la firma global con una trayectoria de 200 años y presencia en más de 100 países empieza a escribir una nueva historia en el territorio nacional.
Tras lograr en 2020 una utilidad neta de $92.793 millones (ROE 16,3 %), activos por $2.12 billones, un patrimonio de $615.555 millones y una solvencia de 36,3 %, el 2021 arranca con pie derecho para la compañía que desde 1964 puso sus ojos en el país a través de una oficina de representación que en 2006 se constituyó como corporación financiera, establecimiento de crédito vigilado por la Superfinanciera, misma entidad que el año pasado le dio el visto bueno para ir tras su apuesta bancaria.
Casi 12 meses desde que cambió la normalidad en Colombia por el coronavirus, una tarde fría en la capital, en un séptimo piso con vista a las montañas, Ángela Hurtado, presidenta de JP Morgan, empieza a contarle en exclusiva a Forbes los detalles de los planes de la compañía luego de recibir el aval de la Superfinanciera para convertirse en banco, proceso que culminó el 25 de enero de 2021 cuando se completaron los trámites administrativos para operar bajo la nueva licencia bancaria. Un día que quedará entre los hitos de la firma.
Tras este nuevo paso, Colombia se convierte en la quinta nación de América Latina que tendrá servicios de banca transaccional por parte de JP Morgan, debido a que Brasil, México, Chile y Argentina ya lideran el proceso, cuenta Hurtado al agregar que Perú está en el radar para complementar la oferta regional del banco.
La ejecutiva explica con firmeza que para ellos la pandemia, aunque ha afectado al mundo, “no necesariamente cambió los planes que teníamos a nivel de expansión de nuestra licencia en Colombia”. Así las cosas, abril será la otra fecha clave a anotar en el ‘timeline’ de JP Morgan en Colombia.
La directiva de la compañía contó que para ese mes planean el lanzamiento oficial del banco, entidad que no busca tener cajeros electrónicos, ni sucursales bancarias por todo el país, pese a que puede operar en todos los rincones de la nación.
¿Por qué? La respuesta es clara por parte de Hurtado: “No estamos llegando como una forma de competirles a los bancos locales, sino que queremos complementar la oferta de productos a los clientes que ya estamos atendiendo”.
Es decir, su estrategia no es ir por la banca de personas, sino tras la banca corporativa -de grandes empresas-, clientes institucionales y multinacionales para complementar el portafolio que ya tienen en el país. Sin embargo, en su público objetivo también podrían entrar “muchas de las empresas de tecnología que se están formando con un potencial grande”, dice la ejecutiva.
“Estamos ultimando detalles en la parte tecnológica, esperamos hacer pilotos para después comenzar a ofrecer de forma más masiva nuestras nuevas capacidades”, relata Hurtado tras referirse al lanzamiento del banco.
Entre los servicios que ha venido prestando la firma en Colombia está la asesoría en banca de inversión, actividades de intermediación de valores, divisas, e instrumentos financieros derivados tanto en el mercado mostrador como en el estandarizado (fuera y dentro de la Bolsa de Valores). Además, es uno de los creadores de mercado de títulos de deuda emitidos por el Gobierno Nacional designados por la Dirección de Crédito Público.
JP Morgan también atiende negocios de financiación de proyectos de infraestructura, gestión de activos y patrimonios, y corresponsalía bancaria desde su oficina de representación. “En la medida que nuestro negocio de banca transaccional gane escala buscaremos asistir a ese segmento (corporativo) con financiación de capital de trabajo y líneas de sobregiro”, anota la ejecutiva.
“Nos dimos cuenta de que para poder seguir creciendo, para ofrecerles a nuestros clientes en Colombia una complementariedad en los servicios que requerían, necesitábamos convertirnos en banco. Nosotros estábamos muy especializados en el tema de mercado de capitales, pero la banca transaccional, pagos a terceros y proveedores, mucho de esa operación es muy relevante sobre todo para empresas que ya son clientes de JP Morgan a nivel global y regional como es el caso de las multinacionales (…) por eso decidimos dar el paso”, complementa Hurtado.
Dado que el 2020 fue histórico y en medio de esa coyuntura varias entidades hacían fila en la Superfinanciera para convertirse en banco, podría surgir la inquietud de por qué interesarse en cambiar la licencia en medio de una crisis global. En el caso de JP Morgan, según explicó Hurtado, es un proceso del que se conocieron noticias oficiales el año pasado, pero que venía desde antes. “Hace cinco años habíamos pensado también en hacer la conversión, pero no se acomodaba el modelo que teníamos visibilizado a nivel global. Entonces no necesariamente es que hayamos tomado la decisión en 2020, eso fue entre el 2018 y 2019, ya veníamos trabajando en esto hace mucho tiempo”.
Lo que de cierta manera ‘aceleró’ el proceso, cuenta, fueron los avances de la Superfinanciera. “A medida que empezó a abrir el espacio para que la gente pudiera tener información en la nube, se hiciera el sandbox regulatorio donde podías probar nuevas cosas, digamos que (tras esos avances) nos aceptaron el modelo en el que no requerimos ni cheques, ni efectivo, ni cajeros electrónicos. En ese momento fue cuando tomamos la decisión de realmente acelerar el proceso”.
La directiva añade que la visión, enfoque y nicho de JP Morgan es muy corporativo, por lo que “realmente nuestra oferta de valor estaba enfocada en ser un banco altamente tecnológico con plataformas muy avanzadas a nivel global”.
Sobre el modelo de negocio del banco, Hurtado explica que la idea es que los clientes se conecten a su red de tecnología y “de esa forma ellos van a poder administrar y centralizar el manejo de sus tesorerías tanto en Colombia, como si son clientes de JP Morgan en Latinoamérica, utilizando solamente tecnología. No van a tener que desplazarse a oficinas, aunque tenemos servicios de atención al cliente, pero es a nivel telefónico o tecnológico”.
Si bien todas las empresas empiezan una misión con objetivos específicos, al preguntarle si tienen pensado operar como banca comercial o de personas en el país en un futuro cercano, como ya lo hace un brazo de la firma en el mundo a través de Chase Bank, Hurtado comenta que aunque la compañía constantemente está analizando su estrategia, “en el corto plazo la posibilidad de que la banca comercial venga a Colombia es muy reducida porque no es el tipo de nicho en el que somos expertos y claramente nuestra intención no es competir con bancos locales sino complementar los servicios”.
Según la directiva, en el corto plazo no están pensando en tener una participación específica del mercado de banca corporativa en Colombia, ni piensan en número de clientes o cartera colocada, sino que su atención se está centrando mayoritariamente en garantizar que están avanzando en la consolidación de su portafolio con sus capacidades de banca transaccional. “Es un compromiso a largo plazo, no nos estamos estresando por temas de corto plazo”.
JP Morgan, que tiene más de 270 clientes en el país, busca con su apuesta bancaria atraer a quienes muchas veces solicitaban el servicio transaccional de la firma como condicionante para acceder a otros productos.
Aunque no tienen una meta específica de cartera, Hurtado resalta que “depende de la oportunidad y del análisis de crédito que hagamos de cada cliente. Es un nicho tan especializado dónde probablemente las exposiciones de crédito son con clientes que conocemos y con los que tenemos una relación de varios años, incluso algunos son clientes de la firma en otras partes del mundo”.
Respecto a las tasas que manejarán, la ejecutiva cuenta que serán ajustadas al mercado y que tendrán productos en tamaños adecuados a cada uno de los clientes dependiendo del nivel de apetito de crédito que tenga JP Morgan, “pero no es fácil medirlo como cuando están mirando una tarjeta de crédito, va a ser enfocado en cada uno de los clientes”.
Sobre qué otros planes vienen trabajando en el país, Hurtado dice que por lo pronto no hay nada concreto, pero resalta que “en cualquier lado en el que estamos siempre evaluamos posibilidades de cómo hacer mejor nuestro trabajo y cómo hacer sentir mejor a nuestros clientes”. A su vez enfatiza en que siempre están atentos a cómo se está moviendo el mercado y aunque la industria Fintech ha puesto bajo presión al sistema financiero internacional, los bancos están en constante innovación también.
Entre los pilares de la firma también está la sostenibilidad, razón por la que quieren trabajar con los reguladores y sus clientes para que la inversión en temas de ESG (ambiental, social y gobernanza) sean cada vez más una realidad en el país. “Queremos apalancar nuestra experiencia global para poder apoyar el desarrollo del mercado en Colombia, sobre todo en temas tan relevantes para la sociedad”, explica la ejecutiva.
Ángela Hurtado, quien junto a su equipo estructuró la estrategia para convertir a JP Morgan en banco en el país, empezó en la corporación en 2006 como estructuradora de derivados y en 2007 pasó a ser head de mercados locales, responsable de la franquicia en mención. Su papel ha sido clave en la compañía expandiendo la huella de la empresa global en el país y ahora suma nuevos retos.
La ejecutiva, que también ha trabajado en el Ministerio de Hacienda y el Banco de Bogotá, reitera que JP Morgan confía en Colombia y es positiva frente a la fortaleza del sistema financiero colombiano que, en sus palabras, es una de las mayores institucionalidades que tiene el país: “está bien capitalizado, con buenas provisiones y bien administrado”.
“JP Morgan cuando toma la decisión de venir a un país lo hace en el largo plazo. Convertirse en banco es la prueba de que está acá apostándole al país”, concluye la directiva del banco.
Jorge Restrepo, profesor de economía de la Universidad Javeriana, dice que una de las razones por las que Colombia es atractiva para que nuevas firmas busquen ir tras la licencia bancaria es “la relativamente baja competencia frente a otros mercados de similar tamaño. El sistema financiero colombiano tiene altos niveles de concentración, lo que ofrece oportunidades para competir, principalmente, con nuevas tecnologías de la información y la administración de datos”.
Desde la visión de Alfredo Barragán, experto en banca de la Universidad de los Andes, las reglas claras, la solidez, los organismos de supervisión, los indicadores de rentabilidad del sector y el espacio para bancarizar son apenas algunas de las cosas que generan atracción en el sistema financiero nacional. Agrega que esto es importante para Colombia porque le da movilidad a la economía, permite la entrada de nuevos capitales, amplía la oferta de servicios del sector y genera más oportunidades.
Frente a los retos que enfrentan las nuevas firmas que buscan ser bancos en Colombia, el profesor Restrepo menciona que, aunque algunas entidades bancarias han mejorado en materia de servicio, “tal vez el punto más débil de los que son objeto de esa depredación competitiva es la calidad del servicio, su talón de Aquiles”.