“Inversionistas ángeles” les llaman. Son generalmente emprendedores con más camino recorrido y que invierten en etapa temprana en startups de industrias donde tienen expertise. ¿Cuál es la diferencia entre cualquier persona con dinero y un emprendedor inversionista ángel? Que ellos son más celosos con su inversión. Invierten si conocen muy bien el mercado y creen que esta es la idea correcta o si conocen muy bien a los fundadores y creen que van a lograr llevar la startup adelante.
En el caso de Mono, los fundadores de empresas como Monzo, Fintual, Belvo, Scalable Capital y ejecutivos del founding team de Revolut Business, Rappi Pay, Plaid, Public o Wise fueron parte de su grupo de inversionistas ángeles.
“Ellos entienden el valor de lo que estamos creando por dos cosas. Por un lado, crear productos financieros requiere de una expertise importante y por eso valoran el diferencial de nuestro equipo al tener expertise en producto, tecnología y regulación. Por otro lado, son emprendedores, que han pasado por problemas parecidos a los nuestros y que, por lo mismo, nos ahorrarán mucho tiempo, problemas y dinero” comenta Salomón Zarruk, CEO y co-founder de Mono.
La inversión de estos perfiles, algunos de ellos unicornios, genera un efecto dominó en la confianza hacia los fondos de inversión. Esto, porque generalmente los fundadores de startups son quienes mejor conocen lo que se necesita para llevar una empresa de cero a mil. Incluso, muchos fondos de inversión se apoyan de algunos founders para tenerlos como “scouts” de oportunidades de inversión.
En el caso de Mono, además de validar la hipótesis, el mercado y el equipo, hay una empatía por el producto que les ha dado mucha fuerza. “Muchos de ellos nos han comentado que les habría encantado tener Mono cuando comenzaron sus startups, que recuerdan con dolor el proceso de abrir su primera cuenta empresarial. Imagínate a cuántos potenciales unicornios hay en Colombia que podemos ayudar a que se enfoquen en su negocio y no en su banco”, comenta Zarruk.
La tarjeta Mono-Visa es el primer producto de la fintech. Ya están experimentando con transacciones interbancarias, pago de cuentas y más. “Nuestro futuro es ser un autopilot bank para los emprendedores. Tras la tarjeta hay una cuenta bancaria, lo que nos permite implementar funcionalidades más robustas que agregan valor a las empresas” comenta Zarruk.
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