Informe especial de Estabilidad Financiera – Riesgo de crédito – septiembre 2025

Comunicaciones CF
Juan Pablo Bermúdez-Céspedes, Andrés Esteban Casas-Fajardo, Diego Fernando Cuesta-Mora, Shara Nicol Durán Ramírez, Bernardo Ortega-Guzmán, Carlos Andrés Quicazán-Moreno y Juan David Roa-Ramírez. October 24, 2025 | Lectura de 5 minutos

El panorama del riesgo de crédito para septiembre de 2025 revela una fase de recuperación cautelosa y sectorialmente heterogénea en el sistema financiero. La cartera de créditos, que representa el principal activo de los establecimientos de crédito (66,3%) y, a su vez, su mayor fuente de ingresos, ha comenzado a acelerarse, alcanzando tasas de crecimiento reales positivas por primera vez desde abril de 2023. Esta tendencia es un reflejo de la recuperación de la actividad económica y marca un ciclo financiero positivo tras la contracción observada entre 2023 y 2024. Esta aceleración sugiere una estabilización macroeconómica; no obstante, los riesgos sistémicos persisten, incluyendo la alerta sobre el deterioro de la situación fiscal y las posibles repercusiones de conflictos comerciales y geopolíticos globales, que podrían socavar la tendencia decreciente de los indicadores de riesgo.

Desde una perspectiva de gestión de activos, entender el comportamiento de las principales modalidades de crédito es clave para sostener la estabilidad. La cartera comercial, siendo la de mayor participación (50,9% del total), exhibe un crecimiento real positivo pero bajo (0,4% a junio de 2025), alineado con su promedio quinquenal. El crecimiento en esta modalidad está siendo impulsado por el aumento en el saldo promedio de los créditos, mientras que el número de desembolsos ha contribuido negativamente, lo que indicaría mayores exigencias en el otorgamiento. Un riesgo latente es la heterogeneidad sectorial de la recuperación económica: sectores clave como manufactura, construcción y electricidad (que representan cerca del 39% de la cartera comercial) registran un desempeño menor. A pesar de que los indicadores de mora y riesgo comercial se mantienen estables y por debajo del promedio quinquenal, se anticipa que el crecimiento de esta cartera se mantenga cerca del 0% real durante el resto de 2025, con una aceleración esperada solo si el escenario macroeconómico de 2026 mejora con menor inflación y menores tasas de interés.

Por otro lado, la mejora en la calidad del portafolio está siendo liderada por las carteras de consumo y vivienda. La cartera de consumo (27,9% de participación) muestra una tendencia consolidada de reducción en su cartera vencida, con una contracción real anual del 28,7% a junio de 2025, impactando favorablemente sus Indicadores de Calidad por Mora (ICM) e Indicadores de Calidad por Riesgo (ICR), que se ubican por debajo de su promedio quinquenal. Las “cosechas” de crédito más recientes confirman un menor deterioro, un signo positivo de gestión del riesgo.

En cuanto a la cartera de vivienda (18,4% de participación), esta registra el mayor dinamismo con un crecimiento real anual del 5,0%, impulsado principalmente por el segmento VIS, y también ha mejorado su calidad. No obstante, la sostenibilidad de estas tendencias positivas se enfrenta a desafíos regulatorios y de política. Dentro de las principales preocupaciones se encuentran la potencial afectación del consumo por un impuesto a las remesas en EE. UU. y la sensibilidad de la cartera de vivienda a la política de subsidios y a las elevadas tasas de los títulos de deuda pública (TES). Estos factores podrían desincentivar la colocación de nuevos créditos hipotecarios por parte de los establecimientos de crédito, afectando su crecimiento.

Finalmente, el microcrédito (2,9% del total) desempeña un papel crucial en la inclusión financiera y ha mostrado un gran dinamismo (3,9% de crecimiento real anual a junio de 2025). La mejora en la calidad de esta cartera es destacable, con decrecimientos reales anuales en las carteras riesgosa y vencida, lo que sugiere una gestión efectiva del riesgo. Sus indicadores de riesgo cayeron por debajo del promedio de cinco años. Sin embargo, debe monitorearse la inclusión financiera.A pesar del crecimiento, el número de deudores se encuentra por debajo del nivel observado a finales de 2021, un riesgo potencial que se asocia a la metodología de cálculo de la tasa de usura o la competencia digital. En conjunto, los establecimientos de crédito cuentan con niveles de provisiones y capital adecuados para afrontar escenarios extremos, lo que proporciona un margen de seguridad clave mientras se navegan las heterogeneidades sectoriales y los riesgos geopolíticos y fiscales identificados.

Las opiniones compartidas y expresadas por los analistas son libres e independientes, y de ellas son responsables sus autores. No reflejan ni comprometen el pensamiento u opinión de Colombia Fintech, por lo cual no pueden ser interpretadas como recomendaciones emitidas por la Asociación. Esta plataforma es un espacio abierto para promover la diversidad de puntos de vista sobre el ecosistema Fintech.