En este estudio, Serhan Cevik, investigador del Fondo Monetario Internacional, estima el efecto de las Fintechs sobre la inclusión financiera. Este trabajo contribuye a la literatura en la medida que utiliza mediciones directas de la actividad Fintech en una muestra de más de 80 países en un periodo de 8 años (2012-2020). Así, estima para diferentes servicios Fintech (préstamos digitales digital lending– y recaudo digital de recursos de -digital capital raising–) su efecto sobre la inclusión financiera, tanto para la muestra completa de países como separando las estimaciones con la submuestra de países desarrollados y con la submuestra de países en vías de desarrollo.
A partir de estas estimaciones se encuentra que mientras los créditos digitales tienen un efecto negativo sobre la inclusión financiera, cuando se estima el efecto sobre toda la muestra, el recaudo digital de recursos tiene un efecto no significativo. Ahora bien, cuando se segmenta la muestra en países desarrollados y en vías de desarrollo se encuentra que, al estimarse el modelo en la muestra de países desarrollados, los servicios Fintechs tienen un efecto significativo y negativo sobre la inclusión financiera, pero al estimarse sobre la muestra de países en vías de desarrollo este efecto pasa a ser positivo y significativo, lo que implica que en los países en desarrollo, los servicios fintech contribuyen a aumentar la inclusión financiera de la población adulta. Esto en su conjunto indica que, aunque las Fintechs todavía no hayan tenido un efecto significativo sobre el agregado de países, sí han promovido la inclusión financiera de los países en vías de desarrollo.
Finalmente, es importante precisar que la industria Fintech tiene un alcance limitado todavía alrededor del mundo, especialmente cuando se compara con el sector financiero tradicional. Al tomarse cifras a nivel mundial, en promedio, el sector Fintech únicamente representa el 0.1% del PIB, mientras que el sector financiero tradicional representa el 69% del PIB. De esta manera, el efecto transformador de la industria podría estar viéndose limitado por barreras socioeconómicas, culturales e institucionales, así como las restricciones en la infraestructura tecnológica en varios países y los sesgos de los algoritmos utilizados para la prestación de servicios. Así, el debate sobre la regulación Fintech debe centrarse en el equilibrio entre fomentar la innovación y generar un trato equitativo entre diversos individuos y grupos, lo que requiere una mejor educación financiera, instituciones de regulación y supervisión fuertes y una política prudencial bien calibrada que permita nivelar el terreno para todos los participantes.